No hi ha dubte que la biblioteca del Centre de Lectura de Reus és una de les més importants de Catalunya, tant per la quantitat de volums inventariats que atresora (uns dos-cents seixanta mil), com per la seva específica qualitat històrica i documental. Gràcies a la tasca eficient de les seves bibliotecàries, de tant en tant es produeixen “descobriments” valuosos entre els fons que cataloguen. L’any 2005, per exemple, va “reaparèixer” un manuscrit d’Eduard Toda i Güell (Reus, 1855 – Poblet, 1941), amb un text inèdit que considero realment interessant. Es tracta d’un article que s’havia de publicar a la revista de l’entitat, El Eco del Centro de Lectura, en què també col·laboraven habitualment el seu oncle matern Josep Güell i Mercader (Reus, 1839-1905) i el seu amic Joaquim Maria Bartrina (Reus, 1850 – Barcelona, 1880), tots dos molt estretament relacionats amb el Centre.
El primer número de la tercera època d’El Eco fou publicat el 17 de juliol de 1870; tres dies abans, el secretari Josep Elias va informar Toda, per escrit, que –d’acord amb els seus mèrits– la Junta de Govern l’havia inscrit “en la lista de los colaboradores” de la revista. Tot i que Toda tenia en aquell moment només quinze anys i mig, cal recordar que feia més d’un any que havia obtingut el títol de “Bachiller en Artes” i que ja posseïa una certa experiència diem-ne periodística. Deixant de banda la revista manuscrita El Arlequín (1867-1868, redactada i dibuixada per ell mateix i pels seus amics Josep Ribera i Antoni Gaudí) i les seves possibles col·laboracions en els fulls satírics impresos El Sorbete (1868) i El Mosquito (1869), em consta que Toda havia viscut des de dins les tasques de redacció de la primera època (1868-1869) del periòdic bisetmanal La Redención del Pueblo, que havia dirigit Güell i Mercader.
Entre el juliol de 1870 i l’octubre de 1871, Toda va publicar a El Eco una trentena de col·laboracions signades, força diverses, en prosa o en vers. El text que transcric tot seguit va romandre –però– inèdit, aparentment per manca d’espai, i es va acabar convertint en una simple nota –breu i anònima– a l’última plana del número 13 de la revista (aparegut el 9 d’octubre de 1870). Heus ací la versió completa i original:
La Biblioteca del Centro de Lectura
Indicamos en la Crónica local del pasado número la formación en nuestra Sociedad de una nueva biblioteca, aparte de la ya existente, en la que tendrán cabida todas las obras que desde la cuna de la imprenta hasta el año 1699 hayan visto la luz pública, y todos los manuscritos que la Comisión encargada crea dignos, por el mérito y antigüedad, de figurar en ella. / Inútil es recomendar a los Sres. socios en particular y a los vecinos de ésta en general, la importancia que necesariamente ha de dar a Reus la biblioteca de que tratamos. Obras existen escasas por su número y curiosísimas por las noticias o datos que contienen, y que hoy día yacen olvidadas en un rincón, siendo pasto de los ratones y la polilla. Si, como está en el ánimo de la Junta del Centro, pueden reunirse algunos de estos volúmenes, como también códices anteriores al siglo xiv, que deben existir esparramados en nuestra provincia procedentes de los antiguos pueblos convertidos hoy en míseras aldeas, y de los conventos y monasterios que en 1835 fueron incendiados, entonces el curioso bibliófilo tendrá ocasión de pasar un rato admirado, y reunido esto a la biblioteca, nuestra ciudad podrá enorgullecerse de haber llevado una nueva piedra a los cimientos de la regeneración política [ratllat: de nuestra patria] del género humano, procurando el desarrollo intelectual de las clases trabajadoras, malditos parias que por espacio de 20 siglos han sentido cruzar su rostro el [ratllat: acero] látigo de su señor. / Con un desprendimiento que le honra, el socio [ratllat: de número] Joaquín María Bartrina cedió para la susodicha biblioteca una porción de volúmenes, entre ellos algunos pertenecientes al último tercio del siglo xiv. Imitando su digno ejemplo, el socio redactor de este periódico Luis Quer ha regalado también una obra que con su cubierta [ratllat: pertenece] fue entregado al célebre monasterio de Poblet por D. Pedro de Aragón. [Ratllats: De esperar es que / Atendida la respuesta que se hizo] Vistos los felices resultados que dio el llamamiento para la formación del museo arqueológico y numismático que hoy día cuenta con magníficos ejemplares, de esperar es que será atendida nuestra súplica. Que todos los Sres. socios entreguen las obras que para nada les aprovechan; que indiquen dónde se hallan olvidadas [ratllat: bibliotecas] colecciones de libros que el Centro pueda fácilmente adquirir, y de este modo pronto tendremos la satisfacción de ver notablemente aumentada la nueva biblioteca. No importa que los libros estén escritos en latín o en otro idioma que no sea el español: el mérito de una obra no lo determina el lenguaje en que está escrito; no importa tampoco que se hallen deteriorados o falten hojas, con el tiempo puede encontrarse otro igual, también deteriorado, y entonces se forma con los dos un ejemplar bueno y completo; finalmente, importa menos que se vean duplicadas las obras, pues muchas veces sucede que al formarse en otras partes bibliotecas, ofrecen libros que tienen repetidos a cambio de otros cualesquiera, [ratllat: y entonces podemos] redundando esto en beneficio suyo y nuestro. / E. Toda Güell.
No cal dir que la crida i els raonaments d’Eduard Toda, cent quaranta-tres anys després, encara són plenament vigents. Tant de bo tinguin novament una bona acollida.